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miércoles, 7 de noviembre de 2012

LA "SEGUNDA GUERRA FRÍA". Javier Alegría

El ser humano crea instrumentos. Desde siempre lo ha hecho. Instrumentos pensados para conseguir objetivos, facilitar tareas, suplir sus carencias. De hecho, se podrían analizar todas las civilizaciones en función de los instrumentos que han ido generando. Cada instrumento es útil para una o varias cosas, pero no se diseñan instrumentos para que sirvan para todo. A medida que la historia avanza, las nuevas situaciones requieren nuevos instrumentos. Por eso aparecen nuevos instrumentos mientras otros quedan en desuso. Tampoco es infrecuente que algunos de los instrumentos creados por el ser humano generen, ademas de las soluciones buscadas, algunos inconvenientes no previstos, ya sea por el mal uso, o por un cálculo imperfecto de algunos "efectos secundarios" no previstos o no valorados en su justa dimensión. Algunos grandes instrumentos, con el paso del tiempo han debido ser relegados por este tipo de causas.

Un instrumento no demasiado antíguo creado por el ser humano ha sido lo que llamamos "empresas". Las empresas tal como las conocemos con sus inversores, empleados, etc han facilitado la obtención de grandes logros al ser humano, algunos verdaderamente espectaculares y beneficiosos (pensemos en el campo de la medicina, el transporte, las comunicaciones, etc.). Pero como todos los instrumentos, éste tampoco sirve para todo.

Las empresas no son éticas, se diseñaron para buscar el beneficio económico. Punto.
Las empresas no son democráticas, no se diseñaron para eso. Son jerárquicas y sus miembros no son iguales, ni pesan lo mismo en la empresa, ni tienen el mismo poder de decisión.
Tampoco se pensaron para distribuir la riqueza de una forma justa.  Ni para distribuir la riqueza que generan entre sus propios miembros de forma equitativa, ni para hacer que esa riqueza revierta en la sociedad.

Esos objetivos son cosa de otros instrumentos. Democracia, ética, justicia distributiva... son tareas que se encomiendan a otros instrumentos también creados por el hombre.

Hoy en día, la evolución histórica de las empresas, su proceso de fusión en empresas cada vez más grandes, su colaboración con el mundo financiero, su dimensión mundial en un mundo social globalizado... las ha convertido en gigantescas maquinarias que avanzan de acuerdo a su propia lógica: la obtención de beneficios.

Pero tal avance se produce desde su naturaleza y su lógica. Y en su avance ha encontrado en los gobiernos democráticos un impedimento, una traba para la aplicación ciega de esa lógica propia.

Estoy convencido de que vivimos inmersos en una nueva "guerra fría", como aquella que libraron los dos grandes bloques tras la segunda guerra mundial. Una guerra en la que tampoco se oye el rugir de los cañones pero que está generando millones de víctimas en distintas partes del mundo.

En esta "segunda guerra fría" contienden por un lado las grandes corporaciones empresariales del mundo aliadas con los poderes financieros que las sustentan. Por el otro, milllones y millones de seres humanos que pretenden seguir avanzando en la historia sin dejar de lado los valores, la ética, la justicia, la solidaridad y todos esos elementos intangibles asociados a la evolución del ser humano y que, si bien se recogen en los grandes alegatos, constituciones, leyes y principios de las naciones y las sociedades en general, son constantemente vulnerados por el avance, en apariencia imparable, del afán de beneficios.
Se trata de una guerra que recuerda a la que tantos autores de ciencia ficción han anunciado. Pero no son los robots quienes se alejan de su creador y avanzan con intereses propios hasta resdultar una amenaza No son los robots sino otro instrumento creado por el hombre: las empresas.

No se ganará esta guerra fría cayendo en la trampa táctica del enemigo: desligitimar a la política y a los políticos. Es precisamente la política y los políticos, a través de las instituciones, el instrumento que el ser humano debería utilizar en esta batalla. Son las instituciones democráticas potentes y la justicia independiente, el arma de los pueblos.

Muchos políticos y muchos jueces se han "pasado al otro lado". Cierto. Muchos son los que han caído en la tentación egoísta, los que justifican la barbarie con el beneficio económico, los que creen en el dios dinero y en sus profetas los mercados. Y también los hay corruptos, indignos, miserables.

Pero no es el ataque a los políticos y la política, ni a la justicia, lo que corresponde. Lo que corresponde es la toma de conciencia del problema y la sustitución inmediata de esos traidores a la causa del ser humano lo que habría que procurar. Política fuerte, políticos que "creen en ideas y valores" y no que "defienden intereses"; instituciones potentes, con el respaldo de los pueblos a los que representan y organizan. Ese es el objetivo, ese es el ejército que podrá vencer a un enemigo tan potente.

No será fácil ni breve. Habrá víctimas en el camino, como las hay ahora e incluso más. Pero el camino no puede ser el de la abstención, el individualismo y la crítica generalizada a instiuciones y políticos. Es hora de comprometerse y ayudar. Cada cual desde su posibilidad y sus características. Nadie debe quedarse al margen porque nadie lo está realmente.

Estamos en la "segunda guerra fría" y vamos perdiendo.
























2 comentarios:

  1. Té tota la lògica del món aquest article, però crec que hauries de veure un vídeo de Singulars on es parla de l'Economia del bé comú. Les empreses poden ser ètiques.

    Només ens queda confiar i no esperar que Hobbes tingués raó amb el seu "Homo homini lupus" (L'home é sun llop per a l'home).

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  2. Conozco el vídeo Lo colgué en este blog en enero 2012 (http://periodicoelraval.blogspot.com.es/2012/01/este-video-es-muy-muy-interesante-no-te.html) y también defiendo la empresa cooperativa como alternativa.
    Pero la empresa, como ha evolucionado, con predominio absoluto de la empresa capitalista que conocemos, es un instrumento que creo se nos ha ido de las manos y ahora campa con su propia lógica generando un gran sufrimiento y una gran injusticia...
    Creo que costará, por supuesto, y mucho, pero creo en el ser humano y en su capacidad para superar esta crisis histórica y para reconducir este desaguisado..
    Gracia Carla por tu interés y por tu comentario.

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