Periódico "El Raval"

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sábado, 6 de febrero de 2016

Música en los locales del Raval. Editorial de "El Raval" de febrero 2016

Existen barrios dormitorios en los que el tejido comercial se limita a los suministros imprescindibles, algunos bares con poca personalidad y unas pocas oficinas de servicios. Pero el Raval no es así, no es un barrio dormitorio, es un barrio céntrico. Y eso lleva aparejado algunas características, para bien y para mal.

Al Raval llegan cada día más personas de las que salen de él. Salen cada mañana los vecinos que trabajan fuera del barrio, como pasa en todos los barrios. Pero llegan estudiantes que vienen a la universidad, funcionarios que trabajan en las instituciones, profesionales que se ocupan en los grandes equipamientos que afortunadamente tienen su sede en el barrio, comerciantes, miembros de las numerosísimas entidades de todo tipo que conforman la red más tupida de la ciudad, llegan los turistas, los transeúntes de paso en la ciudad, llegan muchos vecinos de otros barrios, jóvenes en busca de descubrimientos y experiencias... Por cada vecino que abandona el barrio por la mañana para ir a trabajar fuera de él, llegan al Raval decenas de visitantes.

Todo ese gentío que llega a diario, impulsa un tejido comercial formado principalmente por pequeños establecimientos muy distintos de las grandes tiendas de marca, de las franquicias impersonales y de las cadenas multinacionales. En el Raval el comercio no es solo un servico, es también el eje sobre el que se asienta una personalidad propia, diferente, atractiva. Tan atractiva que se constituye en uno de los motivos por los que muchos deciden visitar la ciudad o vivir en ella. Dicho de otro modo, Barcelona no sería Barcelona sin la personalidad aportada por barrios como el Raval.

En la conformación de esa personalidad tienen un papel central esos pequeños locales que ofrecen música en directo. Y en el Raval luchan por sobrevivir muchos de esos pequeños locales. En ellos, además, encuentran su sustento músicos y artistas varios, pequeños empresarios muy atrevidos y empleados del sector servicios: camareros y cocineros principalmente. Todos ellos están en peligro por la existencia de una normativa trasnochada, elaborada hace tiempo sin tener en cuenta las consideraciones más obvias que aquí les estamos comentando. Una normativa que equipara estos pequeños locales con las grandes salas de espectáculos imponiendo unas normas imposibles de cumplir, unas restricciones e inversiones muy alejadas de las posibilidades reales de estos locales y también muy alejadas de las reglas de convivencia razonables.

La actuación de la Guardia Urbana, mucho más diligente en este tema que en otros demandados por la ciudadanía, agrava esta situación y hace aún más urgente al elaboración de una nueva normativa que sea más sensible a las características de estos locales y a la aportación que hacen a la configuración de la personalidad del barrio y, por tanto, de la ciudad en su conjunto. El cierre de algunos locales ha empobrecido al barrio y ha marcado la cuenta atrás de la solución necesaria.  Nos dicen desde el sector que el nuevo consistorio muestra una mayor sensibilidad y comprensión  y nos dicen desde el poder municipal que están trabajando en ello pero que se necesita un tiempo para cambiar lo que otros, desde otras sensibilidades e intereses, redactaron. Y les creemos a todos. Pero eso no cambia el hecho de que el reloj avanza. Las denuncias aisladas de algún vecino enfadado han sido tramitadas muy diligentemente por los funcionarios y los plazos previstos por la normativa siguen implacables amenazando a varios locales que hasta ahora se han podido librar del cierre, que no de la amenaza. Es urgente la máxima celeridad posible para evitar nuevas bajas en el tejido musical y artístico del Raval. Y por eso instamos a las autoridades recientemente elegidas para que sitúen este tema entre sus prioridades más urgentes. Por quienes dependen de la solución para poder vivir y por quienes encontramos en esos locales el sello de personalidad que el Raval necesita para seguir siendo un barrio de referencia para quienes viven o visitan esta ciudad. 

"El Raval" Febrero 2016. Núm. 262