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miércoles, 9 de mayo de 2018

Partidos contra democracia

A mediados del mes de abril se produjo en el ayuntamiento de Barcelona una situación paradójica: una mayoría de partidos democráticos frustró el primer intento de democracia directa que se planteaba en Barcelona. La «multiconsulta» anunciada por el gobierno de los comunes no obtuvo los votos necesarios para su realización. Entre los temas sometidos a consulta estaba la municipalización del servicio de aguas. Pero eso, en este caso, es lo menos importante.

Lo importante es que se iban a someter al voto directo de los ciudadanos decisiones de cierta importancia para todos los vecinos de la ciudad y la mayoría de los partidos se opusieron. Llama la atención la posición de partidos como la CUP o el PdeCat que vienen haciendo un discurso muy por la democracia directa en el tema de la independencia.

¿Por qué se opusieron a consultar directamente a la ciudadanía en temas concretos de ciudad? Los argumentos empleados resultaron poco sólidos (la CUP incluso reconoció haberse equivocado) pero la cuestión se repite siempre en todas las instancias políticas: no gusta a los partidos que se propongan referendums de ningún tipo. La explicación está en la lógica de los partidos. Ellos necesitan que sus cúpulas tengan la posibilidad de negociar cesiones en unos temas para conseguir apoyos en otros. Y desde las cúpulas de los partidos controlan esas estrategias. Someter a referendum las cosas les «roba» esa posibilidad.

En el caso concreto de la multiconsulta planteada por los comunes en Barcelona, el voto negativo era, claramente, una estrategia para «azotar» a Ada Colau en uno de los puntos estrella de su programa de participación ciudadana.

Así pues, una vez más, las estrategias de partido privan a los ciudadnos de lo que hace tiempo debería ser un derecho. Es una pugna de poder y los partidos no quieren perder el suyo. Prefieren que lo pierdan los ciudadanos.  Y así vamos...

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